Manduriacos

Desde la Loma Negra para abajo hasta mediados del siglo XX, el valle del río Intag, en el punto en que mezcla sus aguas con las del Guayllabamba, era pura tierra virgen, cubierta de bosques seculares.

Fue en el año 1953 que un grupo de 12 personas salieron de Tollo Intag emprendiendo una larga aventura a un sector montañoso del cantón con la esperanza de encontrar tierras aptas para la labranza. Con el machete en la mano se abrieron paso hasta lo que hoy es Cielo Verde, recorriendo por 18 días de camino la orilla derecha del Guallyabamba. Donde encontraban áreas planas hacían inspecciones para ver si eran lugares aptos para vivir y cultivar: cogían posesiones de 50-100 hectáreas que se dividían entre ellos y seguían en su exploración.

En esta zona se encuentra el pueblo del Chontal, donde hay también un importante desvío con servicio de autobuses que en tres horas permite llegar a Quito. El pueblo en sí es lindo, y sus moradores se han organizado en un Comité de Turismo que es por supuesto uno de los mejores de todo Intag. Gracias a su espíritu activo se han capacitado algunos guías nativos en temas de ornitología, botánica, zoología y ecoturismo; además se han arreglado senderos y alistado infraestructuras: la comunidad maneja varias cabañas y casas alrededor de las comunidades de San José de Magdalena, Chontal Medio y Chontal Bajo.

Si alguien quiere quedarse en el pueblo puede alojarse en el lindísimo Albergue neotropical, si prefiere vivir con una familia de la zona, puede escoger esta opción; si busca el silencio y el aislamiento de los bosques subtropicales, puede hospedarse en las cabañas del Chontal Medio, a una hora de camino de la carretera. Éstas quedan cerca de "El salto del puma", una impresionante cascada, escondida bien adentro en un encañonado y accesible gracias a un sendero bien equipado, pero de adrenalina...

Extraído de la Guía Etnonaturística de Intag