28 de noviembre de 2007

Testimonio de Viajeros/as: Yo fui una de las pioneras

Viajé a Ecuador hace ya cinco años y puedo decir sin temor a equivocarme que el viaje cambió mi vida. Encontré mucho más de lo que iba buscando, encontré tanto que todavía estoy ahí!.He visitado el proyecto en más de una ocasión y he sido impulsora del nacimiento de esta pequeña ONG. He informado a montones de viajeros que han vivido la experiencia en años posteriores y mis amigos actuales se cuentan a manos llenas de entre quienes he conocido a través de esta historia.Tengo mil anécdotas que contar -propias y ajenas- pero me voy a tener que quedar con una.Cuando viajé a Ecuador por primera vez quería hacer un viaje diferente y buscaba sobre todo una experiencia con un sentido social. Quería conocer de primera mano otra realidad y me encontré con un grupo de gente ilusionada por tomar las riendas de su propio futuro, capaces de inventar proyectos de desarrollo dondo yo no alcanzaba a ver ni un atisbo de futuro... y entre ellos el turismo. Es difícil no llegar a un país que consideras menos desarrollado sin un sentimiento de "superioridad" (en el sentido más amable de la palabra) pensando que tienes mucho que enseñar...Un día estaba hablando con doña Rubiela, una campesina de mi misma edad (37 años en aquel momento) embarzada de su hijo número 15. No pude evitar darle una charla sobre el control de natalidad y sobre lo descabellado que me parecía tener semjante cantidad de hijos, sobre lo malo que era para su salud, sobre las pocas oportunidades que iban a tener en un futuro tantos hijos de una familia humilde. Ella después de escucharme respetuosa me preguntó cuántos hijos tenía yo. Ninguno, le contesté. ¿y eso es más "normal" que mis quince pequeños??? fue su respuesta sin tono de reproche.Aprendí que mis ideas no eran equivocadas, pero que mi verdad no era absoluta. Que su realidad no era la buena pero mi realidad tampoco se ajustaba a mis teorías, que es fácil opinar y difícil vivir de acorde con las propias opiniones. Aprendí que tengo mucho que enseñar y mucho más que aprender.
"Desde aquí mi afecto a esas gentes que me han enseñado que el querer es ciertamente poder muchas más veces de lo que pensamos y que me han demostrado que toda aportación por pequeña que sea, suma y que muchos poquitos juntos son una fuerza que avanza sin que nadie pueda pararla.
A esas personas que me han dejado ser parte de su historia y han pasado a serlo de la mía".
Silvia.

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